Son muchas las situaciones en las que tenemos dudas o incluso pensamos que no necesitamos ayuda profesional. En ocasiones tenemos la falsa creencia que “como en mi vida está todo bien debería estar bien” sin ser conscientes de la importancia y el impacto que tiene el no estar bien por dentro.
Uno de los indicativos más claros que nos revelan que necesitamos ayuda es cuando diferentes áreas de nuestra vida están afectadas; familia, relaciones sociales, trabajo… Nuestros problemas y síntomas (ansiedad, tristeza, rabia…) nos pueden llegar a perturbar tanto que nos afecta al humor, a la concentración, a la paciencia… nos sentimos tan apáticos que no tenemos ganas de nada dejando de lado el ocio, saltamos con nada y con quien menos se lo merece y esto impacta en la familia y relaciones sociales, estamos tan distraídos que empezamos a cometer errores en el trabajo, en muchos de los casos somatizamos todo este cúmulo de torbellino emocional en forma de insomnio, dolores de cabeza, contracturas, problemas digestivos y un largo etcétera.
Estos son solo ejemplos de cuándo la persona se podría servir de la psicología para poder solucionar dichos problemas.
Son muchas las áreas donde un profesional cualificado puede ayudarte. En primer lugar a sentirte escuchado y comprendido, una necesidad fundamental para el ser humano y por desgracia tan difícil de alcanzar muchas veces. Aprender a quererte y respetarte, a conocerte mejor y que dará lugar a un crecimiento personal, a gestionar las emociones (ansiedad, rabia…) que aunque todas ellas tienen una función nos pueden llegar a desbordar. También aprender a cómo mejorar tus relaciones con los demás, poder digerir y procesar traumas que aun siendo pasados forman parte de tu presente. Poder superar ciertos trastornos como una fobia, un trastorno alimentario, ataques de pánico…
La tarifa son 70€ por sesión de 1 hora.
90€ sesión de 1h 30′
Actualmente no, pero muchos de ellos incluyen reembolsos de gastos, consulta si el tuyo está incluida la terapia psicológica y de ser así no habría ningún problema.
Habitualmente suele haber mucha confusión al respecto porque a veces no se tiene claro quién y qué hace cada uno.
El punto común sería que tanto los psiquiatras como los psicólogos estamos especializados en problemas mentales/emocionales, sin embargo la diferencia radica en la forma de abordar dichos problemas.
Los psiquiatras, como médicos que son, siguen el modelo biomédico donde se considera que los problemas mentales tienen una base exclusivamente orgánica, por tanto su tratamiento se basa únicamente en fármacos, a diferencia de los psicólogos que lo basamos en la psicoterapia.
Muchos psiquiatras y psicólogos abogan por la combinación de ambas terapias, la psicológica y la farmacológica cuando sea necesario, ¿por qué? La necesidad de tomar medicación en ocasiones es incuestionable ya que ciertos problemas mentales tienen sin duda una base neurológica (bipolaridad, esquizofrenia…), otras veces la sintomatología es tan incapacitante que durante un tiempo limitado el uso de mediación ayuda a la persona a estar más regulada emocionalmente y con frecuencia el uso de medicación no es necesario. Con todo esto tenemos que tener muy presente que, a pesar de que los fármacos nos ayudan, no nos cambian nuestra forma de pensar y de afrontar los problemas, requisito necesario para poder solucionarlos por nosotros mismos y de una manera más definitiva.
Ésta suele ser una pregunta frecuente y difícil, por no decir casi imposible, de responder ya que depende de varios factores como; el ritmo natural de mejora de la propia persona, la cantidad y envergadura de los problemas a tratar, la frecuencia de las sesiones, cada persona es diferente y cada problema también. Se puede hacer una idea aproximada si la terapia va a ser de larga o corta duración y así te lo trasladaré pero nunca será un número de sesiones determinado.
Claro que sí, la primera consulta es informativa y sin compromiso, el objetivo principal de la primera sesión es que la persona pueda venir libremente y plantearme sus dudas y preocupaciones, y yo al mismo tiempo pueda darle mi opinión y valoración al respecto, con todos estos datos la persona decide si quiere empezar con la terapia o no.
Si, además de la terapia presencial que es siempre la primera opción, también hago terapia online, es decir por videoconferencia. Para ello lo único que necesitarás es una buena conexión a internet, un ordenador con webcam y un software que permita hacer videoconferencia, como por ejemplo, Skype, el cual es fácil de usar y es gratis tanto la descarga como el uso.
Esa primera llamada a veces es una barrera que nos cuesta mucho cruzar, a veces por timidez otras por inseguridad, no te preocupes ya que el primer contacto es tan solo para coger cita, salvo que me quieras preguntar algo en concreto que estaré encantada de contestar. Si prefieres puedes hacerlo en las otras formas de contacto, por whatsapp, mail o formulario, y yo misma recepcionaré la llamada o el mensaje.
No te preocupes por esto, suele ser muy común, muchas veces nos sentimos mal y no sabemos ni por qué, o tenemos una idea pero algo desorganizada, ese es parte de mi trabajo, adelantarme a ver cosas antes de que me las cuentes, ordenar los temas para que todo tenga sentido para ti para después poder abordarlos.
Para más información, puedes contactar conmigo a través de formulario, whatsapp o teléfono